Como restaurante con tapas y vinos en Ávila, sabemos que estos últimos son una parte muy importante de nuestra tierra gracias a las múltiples propiedades que tienen. De hecho, fueron griegos, romanos y fenicios los encargados de comenzar el cultivo en nuestra península. Los fenicios, comerciantes en todo el área mediterránea, fueron los que introdujeron las primeras cepas.

Comenzó así una gloriosa senda que ha llegado hasta nosotros. Hemos sabido mantener una tradición que, a pesar de una serie de altibajos, nos ha permitido llegar a ser uno de los países punteros en su cultivo y fabricación.

La época dorada en la antigüedad fue, sin duda, durante el Imperio Romano. Era entonces un producto muy codiciado, y la Hispania se convirtió en centro neurálgico de su consumo y producción. Al poseer una climatología idónea para el cultivo de la vid, nos convertimos en el mayor suministrador de vino de aquellos siglos. Hechos que nuestro restaurante con tapas y vinos en Ávila conoce y aprecia perfectamente.

Los siglos que sucedieron a la caída de la Roma imperial fueron algo escasos en la evolución viticultora. Sabemos que los pueblos bárbaros que invadieron entonces la península no eran grandes bebedores de vino, por lo que posiblemente quedó algo eclipsado nuestro apreciado líquido.

Siglos después, durante la Reconquista, recuperamos con fuerza el cultivo y consumo. Empezó una revalorización de nuestros vinos, que fueron reclamados desde otros países debido a su gran calidad.

Con la conquista de América, las cepas y la viticultura española traspasaron el océano. Nuestros vinos fueron entonces expandiéndose por todo el continente americano con gran éxito. En la vieja Europa consideraban nuestros vinos de tal manera que era uno de los valores más apreciados de nuestro país. Comenzó para nosotros una nueva era que ha llegado hasta nuestros días.

En Restaurante Barbacana estamos a tu disposición para ofrecerte los mejores consejos, productos y servicios.

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